No me llames, que yo te llamo


Hay acaso una hora
O una sonrisa definida
Para matar
O para morir.
Yo digo que no,
Pero también canto
Antes de verte
Y veo como sonríes,
Desnuda,
Antes de explotar.
Digo también que
La muerte,
Esa puta vieja caprichosa,
Ama los bordes de tus labios,
Y se excita
con mis cacofónicos himnos.


Yo digo,
Y creo,
Que para morir no hay hora,
Que para vivir tampoco.
Prueba y error, querida,
Un poco shake it before use,
Un poco mira-tu-agenda,
Que te estoy esperando
Y mi café se enfría.


Yo digo
que para nacer, morimos,
Y que me gustan los cuentos al revés,
Como a vos,
Pero no tanto así,
Y que si la muerte quiere una cita,
Que me de cincominuticosmás
Porque estoy durmiendo sobre ti,
Tratando de hacerme un lugar en tu ombligo,
De fundirme en tus pezones,
De cavar mi tumba entre tus ojos,
Porque esa sí que sería una muerte linda, eh,
Para esa si tengo tiempo,
Pero,
Para la de funerales y oraciones,
Mejor no me llames,
Que yo te llamo.

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