Nocturno barato



Me he roto,
Pedacitos de paloma,
Como ángeles centimetrales floreciendo
Sobre las tiernas sienes de los que pasean incautos,
Buscando la forma sutil de contarles nuestra historia,
Sin que sospechen, ni juzguen.
Y, degastado, no tengo otra hora que esta,
En la que busco  la noche para recurrir el camino
Y habré de encontrarte en el rincón oscuro,
Para rogarte, diosa extraviada, algo de clemencia y de crueldad,
Seré, entonces, lluvia ceniza que cae sobre tus labios,
Un kamikaze lanzándose en el último minuto sobre tu cuello,
Seré el soldado olvidado, perdido en el desierto,
Que sigue las migas sobre tu espalda,
Y buscaré tu templo, Isis postergada,
Y el cielo blanco que cubre la tierra negra de tu cuerpo
Será el destino de mis ojos cansados,
Y me dejaré caer, agonizante, sobre tu altar,
Para que me arranques la vida,
Y no habré de buscar más,
Y te llamaré por tu nombre, Roja.

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