Cicuta

Sólo podré pedir perdón

-Por qué - , pregunta tu ingenua figura,

Perdón porque soy viejo,

Perdón porque a veces,

Sobre este tonto ceño mío,

Se cruza vengativa una sonrisa de la amargura

Y no quiero entonces fiesta,

Ni sonrisa, ni piñatas, ni confeti,

Pasa que traigo el alma rota

Y no hay duendes que se lleven el pasado

Y no hay noches que me quiten lo vivido.

Perdóname si temo,

Pero dónde puedo dejar este calendario viejo,

Raído y lleno de huecos,

Dónde abandono esta luna gimiente y vacía,

Estas horas de ayer con otro nombre que me rasgaron la fé.

Pero,

¿Sabes?,

Aunque vuelvan las horas inciertas,

Quiero creer en vos,

Sobre vos,

Con vos,

Para vos,

Más allá de esta voz, tan ciega y tonta,

Que va ardiendo en llagas de un ayer triste,

Y no quiero que cargues mis ojos,

Porque llevan agua

Y sal

Y esta noche, y tantas otras,

Cuando no fui luz,

Cuando no tuve sonrisa,

Y en mi boca el reproche afloraba

Y era loto,

Era luto,

Era nada.

Perdóname si temo,

Pero has de saber, léelo bien,

Que he fijado mis labios

A un te-quiero-que-aún-no-digo,

Y he atado mis horas

A un verbo incierto y odiado

Porque cargo veneno en algunos segundos,

Y el dolor es esta caricia incierta

Que me lacera el orgullo

Y sin querer te ataca.

Sobre la avenida un coche silba

Y es marzo

(En algún lugar debe llover)

Y yo temo,

Porque te quiero,

Porque te busco

Y no te quiero obligar a estas horas amargas.

No busco creer,

No quiero fé, ni templo,

Ni busco un Cristo,

Y solo tu sexo me basta como crucifijo,

Pero tampoco olvido que cargo cicuta

Y que en la punta de mi lengua

                Habita una muerte prestada,

                               (lleva verbo de una ilusión vieja)

Mentiras que me escupieron y que de vos no saben,

Excusas que no habré de decirte,

Lamentos que ya no hay que llorar,

Y ya es ventiseis,

Amanece,

Y me avergüenzo,

Pero te quiero

                Y tiemblo.