Remedo de Tango

"Beba conmigo, y si se empaña
de vez en cuando mi voz al cantar,

no es que la llore porque me engaña,
yo sé que un hombre no debe llorar".

Carlos Gardel - Tomo y obligo.



Baila con este olvido, mujer viajera,
Que a ritmo de tango se marche tu estampa,
La detestable sed de tu boquita chamuyera.
La divina imagen de tu sonrisa, atorranta.
Bebamos juntos, junto al recuerdo,
Que ya no importa si el gallo canta,
Y si, manyín, te suplico un beso,
Es que mi olvido no te quiere, percanta.

Llévate contigo este tango, este remedo,
La melodía infame del adiós en un compás,
la rabia, la tristeza, la amargura y estos miedos,
las que cosas que me dejas, las que no te querés llevar.
Este dolor que siento, no lo quiero, te lo cedo,
esta nostalgia macabra, no me la pienso quedar,
llévatela, malvada, no me dejes este enredo,
sabés que no soy bueno en el arte de olvidar.

No me dejes amurado en la isla de tu ayer,
ni te afanés así los sueños que construí a tu lado,
si me crees culpable, andá a cantarle a Gardel,
si me crees inocente, no me creas tan tarado.
Y si vas a matarme, hacelo de una buena vez,
pequeña parca bailarina, dulce demonio alado,
no vendás mi amor tan barato si decís que me querés,
Ni regales a otro bacán, lo que a mi me habías dado.

A ritmo de bandoneón arráncame tu nombre de los labios,
La rabia que también es amor y el amor que para ti es olvido,
Te dejo como herencia estas letras y mis resabios,
Te dejo como condena los fantasmas de lo perdido.
La murga de los desterrados me mima con sus agravios,
La cumparsa de la nostalgia me recuerda que estoy vencido,
Se anuncia mi tragedia en la voz del viejo radio:
“El berretín de un soñador, en solitario lo ha convertido”.

Bailemos un último tango antes de que te marches,
y dame un último beso para saber que ya no eres mía,
que necesito entender de una buena maldita vez,
que todo eso del amor eterno resultó ser una porquería.
Dejate de boludeces y bailemos que, ya lo ves, 
me rehúso, chamuyera, a tu innegable partida, 
y necesito un último maldito beso para poder comprender,
cómo era que antes, a tu lado, desertora, sonreía.










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